Desde allí nos permite acceder a pie al cauce del río Chercos y desde allí, a Chercos Viejo y a nuestro principal objetivo, la construcción megalítica de "Piedra Labrá" y sus enigmáticos grabados. Aquí disponemos de una buena descripción del sendero que nos ofrece la web Senderos de Almería: De Chercos Nuevo a Chercos Viejo.
Nosotros hemos escogido la opción de acceder en coche desde la carretera que comunica Chercos Nuevo y Viejo, a la altura del panel señalizador, desde el cual podemos bajar hasta el conjunto megalítico; siendo esta opción la más directa ya que el sendero realmente nos llevaría a Chercos Viejo para luego tener que descender por la carretera unos 200 o 300 metros hasta Piedra Labrá.
Sendero GR-44 - Foto de "turismoalmanzora.com"
fuente senderosdealmeria.es
Grabado aislado en una roca a un lado de la carretera hacia Chercos Viejo
Continúa el arqueólogo describiendo el entorno: "Por otro lado además de "La Piedra Labrá" de Chercos, en la Sierra de los Filabres se conocen otros grabados y pinturas rupestres. Los grabados más cercanos los encontramos en la localidad de Tahal, a 15 kilómetros al sur de Chercos, y han sido ya publicadas por P. Acosta sobre fotografías y croquis de Luis Siret, que los visitó en 1933. Se trata de cuatro estaciones: "Cerro de los Chaparrales", "Peña de Don Diego", "Cerro del Mortero" y "Piedra de las Herraduras". Se representan en ellas figuras humanas de "brazos en asa", cruciformes, ancoriformes, motivos circulares, herraduras, etc. En Lijar, localidad a 10 kilómetros al norte de Chercos, se localizan otros grabados aún inéditos, pero de los que tenemos noticia en la publicación de P. Acosta y en litografías publicadas por el impresor de Albox, el señor García Guirao, que la llama «Piedra de las Herraduras». H. Breuil nos da noticias de otros grabados y pinturas rupestres en la Sierra de los Filabres, concretamente en "La Piedra de la Cera" (Lubrin) y en "La Roca del Almendral" (Gergal). En la primera estación que se localiza al este de Chercos aparecen dos piedras con diez figuras pintadas y seis antropomorfos cruciformes piqueteados."
Merece mención aparte la publicación de Julian Martínez García "El conjunto rupestre de la Rambla de Gérgal", que nos aproxima a los impresionantes y poco conocidos alrededores del pueblo, donde se sitúan varios abrigos con pinturas que muy probablemente daten de la época neolítica por su marcado simbolismo. Por otro lado en las cercanías de la Sierra se encuentra el enorme yacimiento megalítico de Gorafe, que floreció en torno al 6.000 a.C y que posee la mayor concentración de dólmenes de toda Europa, un total de 240 distribuidos en 10 necrópolis. Ello nos da una idea de la importancia que pudo tener la "Piedra Labrá", que probablemente cumplió las funciones de santuario o lugar de peregrinación como hoy en día lo hacen las diferentes ermitas y santuarios cristianos de la zona.
Las inscripciones o petroglifos se dividen en dos estructuras de piedra de las cuales la primera tiene un sólo panel y la segunda posee un mínimo de 5 paneles, de los cuales el profesor García del Toro ha descrito 4. Se distinguen dos estilos diferentes de tallado, uno más fino y superficial y otro más profundo.
La gran variedad de escenas representadas incluyen al conocido Indalo, escenas de ganadería, representaciones humanas simbólicas como jinetes y guerreros armados e incluso algún posible carro. Así mismo destacan varios tipos de símbolos del tipo "herradura" que bien pudieran ser parte de alguna protoescritura. No en vano símbolos similares se hayan en las epigrafías líbico-bereberes y quizás, puedan formar parte de los signarios neolíticos o pre-tartesios (ELTAR) y paleolíticos (ELPA) recopilados por el investigador Georgeos Diaz-Montexano.
Todo esto nos lleva a pensar que la mayoría de las escenas datan de la edad del bronce coincidiendo con la cultura argárica, pero no es descartable que ya fuese utilizada desde mucho tiempo antes, ya que indalos se han datado desde fechas más tempranas. También es cierto que encontramos símbolos como dos "estrellas de David" de seis puntas que bien pudieran haber sido hechas en la edad media, si bien es curioso que parecen haber respetado el resto de las inscripciones.
Indalo, en el Abrigo de las Colmenas, Vélez Blanco
Del mismo modo la organización del complejo de "Piedra Labrá" nos hace pensar en la función de tipo ceremonial. La situación dominando el valle del río Chercos, los caminos que suben hasta la estructura, elaborados a base de piedras de gran porte y los muros ciclopeos abancalados formados por grandes piedras en los alrededores nos dan una clara imagen de la enorme importancia que tuvo este lugar.
Tras nuestro encuentro con la Piedra Labrá de Chercos, en Almería, descubrimos, muy cerca de ahí, lo que parece ser una primitiva construcción hecha de piedra. Al acercarnos un poco más a ella y observando su estructura, concluimos de que se trata de un refugio, de tantos documentados en Sierra de Filabres y en otras comarcas cercanas.
Parece estar en buenas condiciones para su habitabilidad pese a tener unas reducidas dimensiones. Está construida a base de piedra seca, es decir, sin ningún tipo de argamasa que las una, y se intercalan piedras pequeñas con algunas de dimensiones y peso considerables que destacan en el techo y en uno de los laterales.
Al no ser otra cosa que una construcción hecha con piedras de la zona, sin inscripciones ni símbolos, resulta una construcción de muy difícil datación. Cabe suponer que ha tenido un uso continuo en la historia, probablemente por pastores y agricultores, y que haya sido mantenido e incluso reconstruido en más de una ocasión.
El uso más probable, de estas estructuras, es el de refugio frente a las inclemencias del tiempo en las labores de pastoreo.
Artículo de Juan Antonio Muñoz Muñoz que publicó para la revista cultural "El Afa", "Los refugios de piedra de Uleila, Sorbas y Lubrín"
Refugio de Rambla del Chive (Sorbas), Revista Afa
Estructura dolménica cerca de Serón
Es posible que los antiguos templos megalíticos hayan podido ser utilizados posteriormente como refugios por los pastores de la zona y que quizás los grandes agujeros que los rodean y la gran cantidad de piedras sueltas fuesen los cimientos y muros de antiguas viviendas circulares, propias de las épocas neolítica y calcolítica.
Al mirar bajo las mismas parecía completamente imposible que esas enormes rocas hubiesen sido colocadas así por azar. Estaban completamente separadas del suelo formando una pequeña gruta o refugio. La orientación hacia el levante, posiblemente hacia algún tipo de divinidad solar, como la inmensa mayoría de los dólmenes, confirmaba nuestras sospechas.